Los amores son como el café. Esta él solo, puro, negro, el profundo, el que te deja ese sabor de boca, el que amarga. El cortado, con poca leche. Y el descafeinado, el que la mitad es leche, y la otra café. Para mí el mejor. Así deberían de ser todos los amores, descafeinados.
lunes, 11 de junio de 2012
"Las cosas buenas, no deberían cambiar nunca"
Qué razón, ¿verdad?, las cosas buenas, las de verdad, las que puede que te sucedan todos los días y tú ni tan siquiera te des cuenta, a esas cosas me refiero, no deberían cambiar nunca... Pero antes de que puedas pestañear dos veces te encontrarás con un mundo tan distinto al que estabas antes que te preguntarás quién eres y de dónde vienes. No pretendo contar una historia, ni tampoco dejar indiferente a nadie, pero lo pasado, pasado está, y a lo que venga lo recibiré con una sonrisa... lo recibiré, con mi sonrisa. Me da igual si no es lo suficientemente blanca, y lo suficientemente grande, es la mía, y con eso basta. Nada me va a parar, ni tan siquiera este huracán que nos persigue a todos bajo tierra. ¿Consecuencias?, ¿qué es eso?, la verdad, no las conozco, y tampoco tengo ganas de que nadie me las presente. Ahora, decid todo lo que queráis e incluso un poquito más, que las palabras seguirán su camino sin ni tan siquiera rozarme. Pero bueno, gracias por intentar dañarme, ahora soy más fuerte que nunca.
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