Hoy dibujaré una línea que divida a un cuadrado en dos, que separe el querer del deber, que separe los problemas de las alegrías, que separe el bien del mal. Hoy, esa línea dibujada marcará el antes y el después de una etapa de mi vida, que puede que no quiera recordar, aunque siempre sepa que la viví y que nunca dispondré de una goma de borrar para eliminarla.
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