Los amores son como el café. Esta él solo, puro, negro, el profundo, el que te deja ese sabor de boca, el que amarga. El cortado, con poca leche. Y el descafeinado, el que la mitad es leche, y la otra café. Para mí el mejor. Así deberían de ser todos los amores, descafeinados.
lunes, 11 de junio de 2012
.sáziuQ!
Hoy descubrí que puede que no haya un término medio para todas las cosas. A veces, lo blanco es blanco, y lo negro es negro, no hay gris. A veces, las cosas son verdad, o mentira, no hay nada situado en medio del camino entre una y otra. Tal vez sea el momento de dejar las cosas claras, de no dudar, de decir, de sentenciar, pero solo tal vez.
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